¡Qué pareja!

Se transmitía a las 19.30 por LR1 Radio El mundo con su Red Azul y Blanca de Emisoras Argentinas, y a partir de 1954 comenzó a irradiarse todos los días, de lunes a viernes, con la incorporación de "Grillito", el hijo de la pareja. De esta manera constituía el primero de un bloque de cuatro programas de quince minutos de duración que iban de lunes a viernes, uno a continuación del otro. Luego de "¡Qué pareja!", a las 19.45 había un espacio musical animado generalmente por una orquesta de jazz, a las 20.00 El Glostora Tango Club, y a las 20.15 Los Pérez García.

En 1954 los libretos de "¡Qué pareja!" eran hechos por Abel Santa Cruz, pero por falta de tiempo de éste en los últimos años del programa los escribía Héctor Maselli con el seudónimo de Juan Peregrino. Curiosamente, el apellido del personaje representado por Héctor Maselli era "Mazzitelli", que en realidad era su verdadero apellido, pues Maselli era un seudónimo. Unos cuantos años después fue creador de otro recordado éxito, pero en televisión: "Los Campanelli".

El programa era auspiciado por Jabón Granulado Rinso, y por eso en la presentación se decía "Jabón Granulado Rinso presenta: ¡Qué pareja Rinso... berbia!" La presentación y los relatos estaban a cargo de Jorge Paz, seudónimo del profesor Jorge De Lorenzo (luego presidente del jurado de "Odol Pregunta"). Jorge Paz había formado parte del equipo de Fioravanti, y éste le cambió el nombre "porque sino parecía que éramos todos italianos", según sus propias palabras; hizo lo mismo con otros miembros de su equipo, como Damián Cané, cuyo verdadero apellido no recuerdo pero con seguridad era de origen italiano.

Un poco de recreo no viene mal. "Grillito" pone a prueba la resistencia del "papi" Héctor, bajo la mirada complaciente de "mami" Blanquita.
Héctor le hizo los "deberes" a "Grillito" y el resultado fue un grandioso cero. Blanquita pide explicaciones, pero "Grillito" no puede reprimir el llanto. Y entonces la pareja comienza una azarosa aventura.
El cuñado, convertido en profesor. Al día siguiente, "Grillito" no acertó una sola en el colegio.

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Argumento del programa

Luego de la presentación, Jorge Paz hacía una introducción en la que decía: Blanquita se ha casado, y hacía una pausa durante la que se escuchaba algo que no recuerdo bien, creo que era un ¡Oh! dicho en coro. Entonces continuaba diciendo:Blanquita se ha casado y entra en el matrimonio sumida en un intenso éxtasis de amor, que me parece que era seguido por un suspiro del coro de voces.

Parte de la acción se desarrollaba en el hogar de la pareja, por donde desfilaban "Blanquita" (Blanquita Santos), "Héctor" (Héctor Maselli), "Grillito", el hijo de la pareja, "Fito", hermano de Blanquita (Osvaldo Canónico), que siempre le decía que era su "cuñado dilecto", y "Rosa", mamá de Blanquita (Mangacha Gutiérrez). No era precisamente un hogar tranquilo, porque no todo salía como estaba previsto. Por ejemplo la vez que Héctor quiso ayudar a "Grillito" con la tarea escolar y el resultado fue desastroso.

Doña Rosa, la típica suegra siempre dispuesta a criticar a su yerno, consideraba que las trapisondas de Fito eran un esfuerzo para beneficiar a la empresa, pero que eran mal interpretadas. Siempre preocupada por su hijo incomprendido, solía preguntarle ansiosa al grandulón:
- ¿Comiste nene?
Y siempre recibía la misma respuesta, con aire de suficiencia:
- Piqué...

Pero también sucedían cosas en la empresa donde trabajaba Héctor, cuyo dueño, "el señor Soldatti", era representado por Roberto Lopresti, que cuando se presentaba un problema decía "¡Qué contratiempo, che, qué contratiempo!". Esta expresión se convertía en "¡Qué macanudo, che, que macanudo!" o "¡Lo felicito, che, lo felicito!" cuando Héctor le comunicaba que lo había resuelto. Esos problemas solían aparecer cuando al atender el teléfono Héctor decía "oficina de Soldatti padre y Soldatti hijo, buenos días". Podía ser alguien que hacía un reclamo por algo que se habían comprometido a hacer o cosas por el estilo, pero casi siempre el responsable del malentendido era "Fito", que mezclaba sus asuntos personales con los de la empresa.

A veces Héctor, harto de tener que sacarle las castañas del fuego, quería dejar que las cosas siguieran su curso, pero entonces intercedía Blanquita que lo endulzaba con zalamerías y le decía que el amor que sentía por él era "alto y ancho que no puedo más". Mónica Berisso me recordó que cuando se presentaba una situación crítica, Blanquita exclamaba "¡Qué horror! ¡Qué espanto! ¡Qué desesperación!". Luego de muchas peripecias, y casi siempre haciéndose cargo de las cuentas impagas de Fito, Héctor terminaba arreglando las cosas. Cada episodio finalizaba con la misma frase, adaptada a cada situación y casi siempre dicha por Héctor: "No puedo con mi genio, es más fuerte que yo".

Recomiendo leer los comentarios de abajo, pues en su mayoría aportan recuerdos personales de quienes los han escrito. Preferí no apropiarme de ellos, salvo en los casos que refrescaran algún recuerdo mío, pues dejaría de ser una página personal, que fue mi intención al crear este blog. De esta manera la página se convierte en un todo indisoluble, con mis recuerdos y los de ellos.